Versos y prosa
¡Ay hijita que dicta estrofas!
mi hija sé Ilama Carmen.
¿Quién pensará que mis versos
se harían versos de cárcel?.
Qué lejano y qué cercana
Ias glorias de aquellas tardes
en que dejara el trabajo
para mejor alabarte.
¿Qué inspiración me ofrendabas
en la santa de tu madre?
¡Ay hijita que dicta estrofas
mi hijita se llama Carmen!
Cómo presiento llorando,
tu nacimiento, en esta cárcel.
La plaza de Jesús
se ensancha cuando tú sales
La Catedral se recrea
con tu belleza al mirarte
desde eI mirador de piedra
de sus viejos ventanales
Columpiando las campanas
en vítores incesantes.
Juegos de luz en los rayos
del sol que en plegaria arde.
Las torres se hacen alfombras
de flores para que pases...
Y tú vas sembrando cruces
de bendición por Ias calles
empapadas deI rocío
y al son de himnos triunfales.
¡Ay hijita que dicta estrofas!
mi hijita se Ilama Carmen.
Hoy también tendrá mi hija
el amor de mis cantares
y pondré ramos de versos
en la santa de su madre.
Junto a mi pecho prendida
me dice rimas tu imagen ....
¡Y cómo has hecho claveles
Ia cruz que llevo en Ia cárcel!.
-Madaleno, te encuentro muy pensativo ¿en qué piensas?
-Verás amigo, en que prefiero mil veces que se me ayude para ser fuerte a que se me ayude porque soy débil.
-Está claro, son las filosofías distintas de un buen o mal gobierno.
