Verso y prosa
Un sábado al regresar
Del trabajo di un paseo
Por el sucio lupanar
Y los antros de deseo.
Las dos de la madrugada
¡qué oscura estaba la esquina
De la calleja arrugada
Cual la vieja serpentina!.
Los portales malolientes
Engullen sombras veloces
Que huyen de los agentes
Entre silbatos y voces.
Se asoman a los balcones
Unos bustos de mujer
Como trágicas visiones
Del mercado del placer.
Y oí una voz armoniosa
¡Ay buen mozo si quisieras
Cuando en el lecho reposa
Ay, si tu mi cuerpo vieras!.
Me vuelvo, una cara pálida
Sonríe junto a la mía
Como un renglón de crisálida
Enfermo de poesía.
No tengo sábanas de hilo
Ni almohadones de encaje
Ni mis facciones perfilo
con costosos maquillajes.
Más mi cuerpo es agradable
Y mi alma es una flor
Indómita y montaraz
Que no conoció el amor.
No te fijes en mi atuendo
Ni en mi gesto de amargura
Que el amor que yo te vendo
Te va a saber a miel pura.
Anda, sígueme chiquillo
No me hagas quedar mal...
Vivo allí, en aquel portal
Junto al verde farolillo.
Yo, que hace poco creía
Que un beso era una oferta
Hoy los ofrezco a la venta
Como pobre mercancía.
Cómpramelos, tú eres bueno
Bien baratos te los doy
Que esta pobre flor del cieno
No ha comido nada hoy.
Mi historia la califico
Como a la más conocida
Un taller, un hombre rico
Y una venta concedida.
Y luego, ¡al aire el perjuicio
De la honra y la virtud!
Una cabeza sin juicio
Y un jirón de juventud.
Toma, dije, mi jornal
Mi jornal de dos semanas
Que yo tengo dos hermanas
Y al mundo un odio mortal.
¿Donde están...
...aquellos ojos que te miraban y te quitaban el habla?
...aquellas manos que darías el mundo por una caricia?
...aquellas sonrisas que paralizaban el corazón?
¿Donde esta el embrujo, el amor, el cariño?
¿En las redes sociales?
