Versos y prosa
¿Por qué me dices que no
Si eres un vil armatoste
Que no conoces el amor?.
Cuando te vi aquella tarde
En la alameda de tilos
Me distes unas promesas
Que luego echaste en olvido.
Yo dije que te quería
Que eras para mí el delirio
De muchas noches de insomnio
Revestidas de martirio.
Y tú, ¿que me contestaste?
Recuerda, te lo suplico...
Me dijiste; yo también
Te confieso mi cariño.
¿No recuerdas ya la tarde
Juntos tus pechos y el mío
En que besaste mis labios
Con beso intenso, e infinito?
¿Recuerdas que sonreían
Hasta las aguas del río
En una risa espumosa
Que hurgaba en nuestros sentidos?.
Y ahora huyes de mí...
Ni te odio ni te maldigo
Las mujeres ... sois mujeres
No hay que torcer sus designios.
Pero a pesar de todo eso;
Yo conozco tu camino
Sé que el aliento de otros
Tus labios han absorbido.
Sé que en sucio lupanar
Tu cuerpo se ha estremecido
Sé que la más vil ramera
Más honra que tu ha tenido.
Y te perdono, ya ves...
No doy perdón, yo lo pido
Te insulté porque creía
Disfrazar mi sacrificio.
Pero dime, por favor
¿Por qué me dices que no
Si eres un vil armatoste
Que no conoce el amor?
Cárcel, 12-6-40
-Perogrullo ¿Cómo puedo distinguir a un tonto entre un grupo de gente?
-Fácil, grita ¡tonto! Y sólo protestará y se sentirá ofendido el tonto.
