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Primer reloj publico

Cercana a la calle de Calatrava y a la plaza del Negrito está la calle del Reloj Viejo, que tiene su entrada por la calle Juristas - nombre que le fue dado por vivir en ella muchos abogados, dada su proximidad a la antigua Audiencia - y su salida por la calle de Caballeros; a principios del siglo XVII, la calle Reloj Viejo se llamaba de Rosell. Su actual nombre le fue dado porque, frente a ella, en la esquina de la después derribada Casa de la Ciudad, se instaló el primer reloj que tuvo Valencia. Permaneció allí hasta 1413, pero, en vista de que tal situación no favorecía en absoluto la propagación del sonido de la campana del reloj, se decidió construir uno nuevo, colocándolo en la torre de la iglesia mayor.

La calle del Reloj Viejo es una de las vías estrechas de la Valencia medieval, aunque la mayoría de sus casas fueron reconstruidas en el pasado siglo. En la calle Reloj Viejo hay todavía algún edificio que, tras la fachada decimonónica, oculta los restos de su construcción gótica.

Sanchis Sivera cita un documento, que encontró en el archivo de la Catedral, fechado en 1378 -18 años antes de que funcionase el de la Giralda sevillana- en el que se recogen las condiciones impuestas por el obispo y el cabildo de la Catedral, al contratar la instalación de un reloj en la ciudad de Valencia con Juan Alemany, maestro de relojeros, venido de Alemania, quien se obligaba a construirlo con una esfera grande, en la que figurasen las 24 horas del día y con una campana que se hiciese oír en toda la contornada. Dicho reloj, que durante veinticinco años fue el único de este tipo que hubo en Valencia, sería colocado en el antiguo campanario de la Catedral. Y si nos atenemos a las fechas documentales, el primer reloj público que hubo en España no estuvo en Sevilla, sino en Valencia. Este se contrató 18 años antes.

Un cuarto de siglo después, los valencianos pudieron escuchar el paso del tiempo por el sonido de otra campana, situada en el antiguo Ayuntamiento o Casa de la Ciudad, junto a la calle Reloj Viejo, y que no funcionaba de forma mecánica, sino que, cada sesenta minutos, dos hombres lo hacían sonar manualmente.

El primitivo reloj del Miguelete no funcionó hasta finales del siglo XV, y lo hizo durante 200 años, precisando, entonces, ser renovado.

La campana ‘el Micalet’ fue el primer reloj de la península en marcar la hora y ‘el Manuel’ sigue con la tradiciónde anunciar el cierre de las murallas de la ciudad

(OLMEDO DE CERDÁ, María Francisca / campaners.com)

(Foto: valenciabonita.es)

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