Vivencias Comercial Informático

Como perforar tarjetas.
Los asesores han protagonizado muchas anécdotas.

Tener en cuenta que una L5000 costaba 1.500.000 pts y yo cobraba un buen sueldo de 25.000 pts. Un asesor al que le fuera a untar la casa vendedora con una comisión podía llevarse como poco un 5% que serían 75.000 pts o sea 450 €.

Nosotros no pagamos nunca comisiones, pero era bastante frecuente hacerlo.

En la presentación que hacíamos ese día teníamos como competencia al ordenador Español FACTOR. Naturalmente el cliente vino acompañado de su asesor.

Nosotros teníamos una ventaja cuando el cliente necesitaba tarjetas perforadas y era que la nuestras eran de 96 columnas y las normales era de 80. De este modo contenían más información.

Como era de esperar el asesor, pagado por Factor, iba poniendo pega sobre pega. El pobre hombre no conocía el humor negro de la oficina valenciana. Y es que contra esta empresa teníamos una bala en la recamara ya que ellos tenían maquina lectora de tarjetas, pero no podían perforarlas. Naturalmente el comprador confiaba en su asesor y no conocía nada de esto y nosotros, con toda la mala idea teníamos el perforador escondido.

Cuando ya terminábamos la demostración esperamos que el asesor fuera sacando toda la batería de inconvenientes. Nosotros rebatíamos y se demostraba la superioridad de nuestra máquina.

El pobre hombre que veía desaparecer su suculenta comisión se estaba poniendo ya nervioso. Sacamos el lector de tarjetas y lo pusimos sobre la máquina. Aquí pensó que podía meternos un tanto puesto que el de Factor era más barato. Nosotros, apenados, reconocimos aquella pequeña diferencia económica y vimos dibujarse una sonrisa en la cara del hombrecillo.

Pero entonces sacamos el perforador de tarjetas y le dijimos.

-Y con la máquina que usted le propone comprar...¿cómo va a perforar las tarjetas?

Le cambió el rostro y fue tanta la rabia que le dió que nos dijo...

-Clac, clac, clac...con los dientes.

Entendamos que el clac lo hacía con los dientes.

Lo sentimos pero se quedó usted sin la comisión.

(*) Las empresas que tenían lector de tarjetas pero no tenían perforador tenían que ir a NCR que les alquilaba por horas el ordenador y su perforadora de tarjetas.

El primer director que tuvimos en la sucursal fue un verdadero fenómeno. El súper comercial Sr Regó fue un hombre amable, educado y un comercial maravilloso. Las clases de ventas te enseñan mucho, no lo discuto, pero la personalidad de este hombre nos dió el temple y el "savoire faire" que no se puede enseñar. Es como el vino, no se puede hacer un buen vino con unas malas uvas, pero la calidad final la da la barrica y el tiempo.

Cuando lo destinaron otra vez a su Cataluña natal la sucursal de Valencia perdió un valor básico que ya le costó mucho recuperar.

Esto me lleva a una pequeña y desagradable anécdota cuando en el SIMO (Salón Internacional Material Oficina) de Madrid se vendió una máquina y como ya se estaba cerrando y apenas quedábamos nosotros, los contratos se firmarían al día siguiente en que ya los llevaríamos rellenos.

Al día siguiente a media mañana se presentó el cliente y nos dijo que ya había comprado otra máquina. ¿Cómo era posible?

Cuando le dijo el director de ventas nuestro que "no tenía palabra y que nos dijera el por qué de su cambio de actitud", nos dijo "es que las dos chicas con las que he pasado la noche y que trajeron el contrato de su competencia, estaban buenísimas".

Me reservo el nombre de la competencia.



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