Comerciales del
siglo pasado.

Informática

¡Erró!

Hace cuatro o cinco años, cambiamos de compañía telefónica. Nos hicieron los correspondientes ajustes, cambiaron el wify, en fin, todo bien.

Pero la linea no funcionaba.

Llamo a la compañía y una señorita muy amable al preguntarme que me pasa, le explico el problema.

-Le paso con un técnico caballero -me dice con su dulce voz.

-Agradecido señorita.

Se pone el técnico, le explico el problema, y me indica que haga una serie de cosas que efectúo de inmediato.

-Muy bien señor -me dice- en un rato le funcionará perfectamente.

Pasa un rato. Sigue sin funcionar.

Nueva llamada.

-Le paso nuevamente con el técnico señor.

-Nuevamente agradecido señorita.

Se pone el mismo técnico.

-Señor, ¿usted a efectuado lo que yo le he dicho?

-Naturalmente.

-Vamos a hacerlo otra vez.

Y vuelvo a hacer todas las cosas que me indica.

-Ahora ha de funcionar señor. Espere cosa de media hora.

-De acuerdo, gracias.

Y sigue sin funcionar.

Nueva llamada. La señorita ya “mosca”.

El técnico mucho más.

-Señor -dice ya con voz de cabreo- ¿Usted ha hecho todo lo que yo le he dicho?

-¡Naturalmente!

-¿Usted sabe cuando yo le digo que pulse en un determinado sitio lo que es?

-¡Pues claro!

-¿Me podría decir que edad tiene? Por favor.

-Sesenta y ocho años.

-Bueno, está claro. Tomo nota para mandarle a un técnico a casa y que sea el el que le haga estas instrucciones.

-Perfecto -le digo- pero... ¿Me puedes decir cuanto tiempo llevas tu delante de un ordenador trabajando?

-Hace ya ocho años señor, y se muy bien lo que le estoy indicando.

-Pues perdona tu hijo, pero yo llevo treinta y seis.

-¡Caramba! Le ruego que me perdone. Voy a pasar una nota para que repasen la linea.

-Ya nos hemos entendido. Gracias por todo.

Concretando el mismo enlace lo habían hecho para tres lineas distintas.