A los que recordamos épocas anteriores llegamos a pensar que estuvimos en un mundo distinto, porque a veces la historia que vivimos no se parece en nada a la que se cuenta.
La historia cada uno la tuerce hacia el lado que le conviene. Aquella fué una guerra absurda, fomentada por un pueblo sin cultura y fácil de fanatizar para promover actos salvajes que alimentaron la revuelta. Perdida por querer mandar todos y no tener unión.
Mi padre (1), anarquista y policía, vivió y murió por la política, pero la familia siguió la historia y poco a poco, con trabajo, salimos adelante y llegamos a unos niveles de vida, muy aceptables.